El presidente del Grupo Banco Mundial (GBM), David Malpass, informó hoy al Directorio Ejecutivo su intención de dar un paso al costado antes de que finalice el ejercicio económico de la entidad el 30 de junio, tras haber ocupado el cargo durante más de cuatro años. Durante su mandato, Malpass se centró en buscar políticas más sólidas para promover el crecimiento económico, aliviar la pobreza, mejorar los niveles de vida y reducir la carga de la deuda pública. En los últimos cuatro años, las cinco instituciones que integran el GBM (el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento [BIRF], la Asociación Internacional de Fomento [AIF], la Corporación Financiera Internacional [IFC], el Organismo Multilateral de Garantía de Inversiones [MIGA] y el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones [CIADI]) respondieron con celeridad a las crisis mundiales movilizando una cifra récord de USD 440 000 millones en respuesta a la pandemia de COVID-19, la guerra en Ucrania, la fuerte desaceleración económica mundial, las cargas insostenibles de la deuda, el cambio climático, y la escasez de alimentos, fertilizantes y energía.

“Ha sido un gran honor y privilegio desempeñarme como presidente de la principal institución de desarrollo del mundo junto a tantas personas talentosas y excepcionales”, señaló. “En momentos en que los países en desarrollo enfrentan crisis sin precedentes, me enorgullece que el Grupo Banco Mundial haya respondido con rapidez, innovación e impacto, y a gran escala. Los últimos cuatro años se encuentran entre los más importantes de mi carrera. Después de haber logrado importantes avances y de pensarlo mucho, he decidido emprender nuevos retos. Quiero agradecer a nuestro personal y a los directores ejecutivos por el privilegio de trabajar con ellos todos los días para aumentar la eficacia de nuestras operaciones en los momentos más difíciles”.

En momentos en que los países en desarrollo estaban sometidos a una fuerte presión financiera, Malpass se reunió a menudo con líderes mundiales para analizar políticas de apoyo, como la reducción de la deuda para romper los ciclos de deuda insostenible. Bajo su liderazgo, el GBM duplicó con creces el financiamiento climático que otorga a los países en desarrollo y alcanzó la cifra récord de USD 32 000 millones el año pasado. Malpass dirigió iniciativas para facilitar y aumentar la inversión y el comercio del sector privado, y aportó liderazgo intelectual a los productos analíticos del GBM sobre política fiscal y monetaria, sistemas monetarios y reformas de la gestión de gobierno. Asimismo, fortaleció la administración del organismo y el desempeño de su personal, y dejará al GBM con una situación financiera sólida y un adecuado volumen de fondos para respaldar su calificación crediticia AAA.

“El GBM es estructuralmente sólido y financieramente sostenible, y está bien posicionado para aumentar su impacto en el desarrollo frente a las crisis mundiales urgentes”, afirmó. “Esta es una oportunidad para lograr una transición ordenada en la conducción mientras el Grupo Banco Mundial trabaja para hacer frente a los crecientes desafíos mundiales, facilitar la inversión privada, enfocarse más en los bienes públicos mundiales, y seguir poniendo el acento en la labor operativa y el desempeño de la cartera en los países clientes”.

Durante el mandato de Malpass, el GBM registró los siguientes logros:

  • Se implementaron aumentos sin precedentes en el financiamiento por más de USD 157 000 millones en respuesta a la pandemia de COVID-19 y de USD 170 000 millones en respuesta a la guerra en Ucrania.
  • Se completaron los aumentos de capital del BIRF e IFC, se recaudaron montos récords en el marco de la decimonovena reposición de los recursos de la AIF (AIF-19) y la AIF-20, y se incrementó rápidamente la emisión de bonos a mediano y largo plazo.
  • Se llevaron a cabo operaciones sanitarias y de vacunación de emergencia en más de 100 países.
  • Se movilizaron USD 18 000 millones en financiamiento de emergencia para Ucrania con el fin de respaldar la continuidad de los servicios públicos esenciales.
  • Se inició un proceso con los accionistas del GBM para desarrollar la visión y la misión, el modelo operativo y la capacidad y el modelo financieros de la institución con el objeto de aumentar los recursos para el desarrollo.
  • Se puso en marcha el Plan de Acción sobre el Cambio Climático del GBM para integrar mejor el clima y la biodiversidad con el desarrollo y el crecimiento.
  • Se destinaron USD 30 000 millones a proyectos para abordar la crisis de alimentos, fertilizantes y combustibles que enfrentan los países en desarrollo.
  • Se puso en marcha el Fondo para Pandemias (i) con el propósito de mejorar la preparación, y se obtuvieron promesas iniciales de 25 países y donantes por valor de USD 1600 millones.
  • Se incrementó el financiamiento y la dotación de personal para las regiones frágiles y afectadas por conflictos, y para el abastecimiento de agua potable, el acceso a la electricidad y la mejora de la nutrición.
  • Se mejoró la relación del GBM con China reduciendo el financiamiento y haciendo hincapié en los bienes públicos mundiales y la reducción de la contaminación generada por los plásticos en el mar.
  • Se pusieron en marcha instrumentos financieros innovadores, como una emisión conjunta de bonos con Unicef (i), bonos para la conservación de la vida silvestre (i), un bono vinculado a la reducción de emisiones en Vietnam (i) y un fondo fiduciario de financiamiento en condiciones concesionarias cuyo objetivo es brindar apoyo basado en los resultados para la reducción de las emisiones.

Una de las principales iniciativas de Malpass fue promover la transparencia y la sostenibilidad de la deuda, lo que resulta esencial para reconstruir la inversión y el crecimiento. Bajo el liderazgo de Malpass, el GBM:

  • puso en marcha junto con el FMI el proceso de mesas redondas sobre la deuda soberana a nivel mundial para fortalecer el proceso de reestructuración de la deuda;
  • publicó en diciembre de 2019 el informe Global Waves of Debt (Oleadas mundiales de deuda) (i), en el que se exhortaba a que “la gestión de la deuda y la transparencia sean las principales prioridades para los encargados de formular políticas, de modo de aumentar el crecimiento y la inversión y garantizar que la deuda contraída ayude a obtener mejores resultados de desarrollo para las personas”;
  • trabajó con líderes mundiales para romper los ciclos de deuda insostenible;
  • implementó la Política de Financiamiento Sostenible para el Desarrollo del Banco con el fin de incentivar a los países a avanzar hacia un financiamiento transparente y sostenible;
  • fortaleció la conciliación y la notificación de deuda, incluidas las líneas de swaps de los bancos centrales, en una de las principales bases de datos del Banco Mundial, Estadísticas sobre la Deuda Internacional (i).

Otra prioridad clave fue aumentar la eficacia de la administración del Grupo Banco Mundial. Durante su mandato, Malpass:

  • priorizó la transparencia de las actividades internas y externas, por ejemplo, mediante la divulgación detallada de información financiera y climática;
  • llevó a cabo una importante reestructuración de las operaciones del Banco Mundial para profundizar la colaboración e integrar mejor las Prácticas Globales y las unidades de operaciones regionales;
  • trabajó para garantizar la disciplina fiscal, aumentar la recuperación de los costos de los fondos fiduciarios y reducir la presencia del GBM en el sector inmobiliario;
  • se asoció con los rectores de seis colegios superiores y universidades históricamente afroamericanas (i) con el fin de promover el intercambio de conocimientos y talentos entre instituciones y países en desarrollo;
  • logró una mejora de dos dígitos en las encuestas de satisfacción del personal en lo que respecta a trabajo conjunto, claridad de la estrategia y avances hacia una cultura de apertura y confianza;
  • estableció el Grupo de Trabajo sobre Acoso Sexual, el Grupo de Trabajo contra el Racismo y el Grupo de Trabajo sobre Cultura del Entorno Laboral para ayudar a crear un ambiente de trabajo más adecuado, cohesivo y colaborativo, y con mayor capacidad de respuesta;
  • hizo frente a múltiples amenazas a la seguridad del personal, incluidas evacuaciones del personal de Afganistán, Myanmar, Sudán y Ucrania, y situaciones posteriores a golpes de Estado en todo el Sahel.

 

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