Sequía en América Latina: el impacto económico y social de la peor sequía en décadas

Sequía en América Latina: el impacto económico y social de la peor sequía en décadas

Promover el manejo eficiente del agua, anticipar los eventos climáticos y desarrollar seguros para los productores agropecuarios, permitirían incrementar la resiliencia de los países a este tipo de eventos., advierte Nicole Perelmuter, de CAF.

El sur de América Latina acaba de atravesar el primer “episodio triple” del fenómeno de La Niña del presente siglo. Este fenómeno, que comenzó en septiembre de 2020 y fue catalogado por la Organización Meteorológica Mundial como la peor sequía desde 1944, ha generado importantes consecuencias a nivel productivo y social, que incidieron en el desempeño económico de los últimos años y marcarán la evolución de la economía durante 2023.

En efecto, la falta de lluvias está impactando fuertemente sobre los sistemas ganaderos, incluyendo reducción en los forrajes y problemas para el abastecimiento de bebida para los animales. Los cultivos registran mermas históricas en sus rendimientos, generando pérdidas para los productores agropecuarios. La prolongada sequía pone en riesgo también la provisión de agua potable para distintas poblaciones de la región e incrementa el riesgo de incendios, lo cual resulta potenciado en un contexto de elevadas temperaturas.

En Argentina, por ejemplo, la Dirección Nacional de Riesgo y Emergencia Agropecuaria identificaba en marzo más de 24 millones de bovinos, 11.4 millones de hectáreas y 726.000 hogares en riesgo. A principios de marzo, la Bolsa de Comercio de Rosario estimó que las pérdidas por la sequía, sumando la caída de las exportaciones en trigo, maíz y soja y los servicios asociados, rondarán los US$ 19.000 millones (2,8% del PIB). Si se suman las exportaciones de aceites, harinas y biodiesel que se obtienen por el procesamiento de los granos, la caída de las exportaciones se ubicaría en US$ 21.740 millones (3,2% del PIB), un 39,1% menor a la campaña anterior y un 39,6% menos que lo proyectado al momento de las siembras (septiembre).

En Bolivia, el déficit hídrico se hizo sentir a finales de 2022. Desde el sector agrícola local estimaron una baja en la producción de cultivos como la papa, el maíz y el sorgo, y la afectación en las cadenas avícolas, porcina, lechera y ganadera. En diciembre se estimaban más de 102.440 familias y 140.852 hectáreas de cultivos afectados por la falta de lluvias.

El gobierno chileno anunció que el país atraviesa la más profunda y extensa sequía de su historia, en particular en la zona comprendida entre Atacama y La Araucanía. Prácticamente la mitad de las comunas del país presentan riesgo de desertificación, amenaza que podría afectar a más de seis millones de habitantes (38% de su población).

En Paraguay la sequía desencadenó una serie de efectos que se tradujeron en 2022 en caída de la actividad económica; mayor desempleo; presiones inflacionarias en alimentos; reducción de las exportaciones del principal cultivo del país (soja) y, por ende, menor ingreso de divisas. Estimaciones preliminares del Instituto de Biotecnología Agrícola (Inbio) apuntaron a un rendimiento promedio de 979 Kg/ha, el menor registrado en los últimos 25 años durante el primer semestre de 2022. Como resultado, la producción de soja se contrajo 66,1% frente a la campaña 2020/2021.

El caso uruguayo

En Uruguay, a comienzos de febrero la Oficina de Programación y Política Agropecuaria (Opypa) estimaba que la sequía actual tendría un costo directo de aproximadamente US$ 1.175 millones (cifra que representa aproximadamente el 1,7% del PIB). En dicha estimación se identificaba a la agricultura del secano como el área más afectada, con un costo de US$ 490 millones y un total de 1.08 millones de toneladas no cosechadas. Le siguen la ganadería de carne, con un costo de US$ 440 millones, resultado de los terneros no nacidos y la pérdida de peso del ganado. Las praderas perdidas tendrán un costo de US$ 145 millones y la lechería US$ 100 millones, debido a la caída en la remisión y el costo de la suplementación adicional. También resultan afectados el arroz, la forestación, la viticultura y la horticultura. Estos costos probablemente serán mayores y podrían ubicarse en torno a US$ 1.800 millones (2,5% del PIB aproximadamente), dado que desde que se realizó la estimación y hasta mediados de marzo, no se registraron lluvias significativas.

En un país en el cual, en promedio, el 97% de la generación de energía eléctrica es de fuentes renovables, la sequía ha obligado a recurrir de vuelta a la generación térmica y más recientemente a la importación. En enero la producción de energía hidráulica de las Centrales del Río Negro y Salto Grande fue solo del 21%, cuando normalmente representa del orden del 45% del total. Producir en base a térmica es costoso, debido a la necesidad de importar combustibles. Además, implica la generación de menor valor agregado en el proceso productivo, y mayor generación de gases de efecto invernadero para el conjunto de la economía. En este contexto, la Administración Nacional de Usinas y Trasmisiones Eléctricas (UTE) comenzó a importar energía eléctrica, fundamentalmente desde Brasil, lo que representa un ahorro respecto a la generación térmica, pero un sobrecosto respecto a la tradicional generación de base hidro.

La falta de lluvias ha puesto en riesgo la provisión de agua potable en distintas ciudades del país. En este contexto, la empresa estatal OSE llegó a prohibir el uso de agua potable para fines no prioritarios en distintas áreas del país, incluyendo la capital, Montevideo.

La cuantificación de estos impactos pone en evidencia la necesidad de tomar medidas que contribuyan a mitigar los impactos de las sequias, de modo de reducir la vulnerabilidad de los países de la región. Promover el manejo eficiente del agua, anticipar los eventos climáticos y desarrollar seguros para los productores agropecuarios, permitirían incrementar la resiliencia de los países a este tipo de eventos.

El apoyo multilateral

En este contexto, CAF, Banco de Desarrollo de América Latina, cuenta con distintos instrumentos de apoyo técnico y financiero para contribuir a mitigar los impactos de las sequías. Dentro de estos instrumentos se destacan recursos de cooperación técnica no reembolsable provenientes del Fondo de Desarrollo Humano (FONDESHU) para atender a las poblaciones más vulnerables frente a este tipo de eventos. Además, CAF puede apoyar con montos significativos de pre- inversión no reembolsables, en el diseño de estudios finales asociados a la ejecución de obras dirigidas a mitigar los impactos generados por la sequía en el mediano y largo plazo. En materia de financiamiento, CAF pone a disposición de los gobiernos líneas de financiamiento de emergencia en condiciones financieras muy ventajosas. Finalmente, y con el objetivo de seguir posicionándose como Banco Verde de la región, CAF otorga beneficios financieros para proyectos que contribuyan a la mitigación de los efectos del cambio climático en los países de la región. El apoyo financiero es complementado con apoyo de los técnicos de CAF, contribuyendo asimismo a socializar experiencias exitosas a lo largo de sus países miembros.

Nicole Perelmuter – elpais.com.uy

El Banco Mundial cambió sus proyecciones y pronosticó que la Argentina no crecerá durante 2023

El Banco Mundial cambió sus proyecciones y pronosticó que la Argentina no crecerá durante 2023

El economista jefe para la región, William Maloney, dijo que se necesitan pautas macroeconómicas para aumentar la inversión en el país, que este año crecerá menos que la mayoría de sus vecinos; el impacto de la sequía

El Banco Mundial afirmó que la Argentina no crecerá este año y consideró que el país necesita lograr estabilidad macroeconómica para atraer inversiones que permitan un crecimiento económico que baje la pobreza.

La entidad redujo su proyección de crecimiento de la Argentina del 2 al 0 por ciento para este año; y fijó una estimación del 2% para 2024.

El dato de este año, que se ubica entre la proyección original del 2% del Gobierno y la previsión del -3% de los consultores, es el segundo más bajo de la región, ya que solo supera a Chile (con un pronóstico de una recesión del -0,7%). Además, está por debajo del promedio para la región: 1,4% este año y 2,4% el próximo.

En cambio, la entidad calculó que Brasil crecerá 0,8%, México 1,5%, Uruguay 1,8%, Paraguay 4,8%, Bolivia 2,7% y Ecuador el 3%, entre otros países de la región incluidos en el informe “El potencial de la integración, oportunidades en una economía global cambiante”.

El reporte, previo a la asamblea de primavera del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI), subraya la importancia de que América latina tenga un mayor intercambio comercial con el resto del mundo para frenar el declive que sufre desde hace una década en materia de exportaciones e inversión extranjera.

El economista jefe de la entidad para América latina, William Maloney, indicó en una conferencia de prensa desde Washington que el banco seguirá apoyando a la Argentina con créditos destinados a programas del área social.

Ante una pregunta de Infobae, en la rueda de prensa virtual, Maloney sostuvo que “la estabilidad macro es prerrequisito para que aumente el flujo de capitales del exterior y también la actividad económica de los emprendedores”.

“No tenemos un pronóstico, apoyamos el programa con el FMI y esperemos que se garantice la estabilidad macroeconómica. Hay varios préstamos para este año como en tiempos anteriores y trabajamos en los aspectos sociales”, dijo Maloney, sin querer brindar más precisiones.

Además, señaló que la fuerte sequía que sufrió el país “refleja la necesidad de mitigar las altas temperaturas, que tienen un efecto sobre el crecimiento de países como la Argentina”. Frente a los detalles que brindó sobre otros países, Maloney se cuidó de referirse demasiado a la situación argentina; la entidad, que desde mitad de año sería liderada por Ajay Banga, prevé desembolsar este año USD 2.000 millones.

Manuel López Obrador, Lula y Alberto FernándezManuel López Obrador, Lula y Alberto Fernández

Las perspectivas regionales

En términos regionales, afirmó que América latina es la zona del mundo que “menos ha crecido desde el 2019; prevemos un crecimiento del 1,4% este año y del 2,4% en 2024 y 2025″.

En contra jugará “mucho viento de frente que afecta el crecimiento por las tasas altas de interés, la alta inflación y la desaceleración del precio de las materias primas”.

“Sigue siendo un crecimiento bajo para reducir las tensiones sociales”, advirtió el experto.

En cuanto a la inflación, el banco destacó que, salvo Venezuela y la Argentina, la reducción ha sido importante entre 2022 y este año, ya que se prevé que se ubique por debajo de otras regiones, con un promedio del 7,4%, frente al 100% que se espera para la Argentina.

“Las expectativas están ancladas y se espera cumplir con los objetivos de la región”, dijo.

“A nivel global, los bancos centrales están tratando de contener la inflación con más tasas de interés pero esto tiene un efecto nocivo de mediano plazo sobre el crecimiento y por eso hay desalentar las expectativas inflacionarias”, indicó.

En la región, destacó que Brasil y Chile “van a dejar de aumentar las tasas. Creemos que la mayoría de los países cumplirá con esa baja en 2024″.

El edificio del Banco Mundial en Washington DCEl edificio del Banco Mundial en Washington DC

En este sentido, consideró que “el aumento de la inflación, de los alimentos y de la energía han producido un aumento importante de la pobreza, que esperemos que se vea morigerado en 2024″.

Por otra parte, advirtió que “los flujos de inversión se ha reducido desde 2011 en un 50% a la región y se está integrando un poco menos. Esto se ve en el ingreso per cápita de la región, frente a los países del sudeste asiático”.

Además, sostuvo que los países deben “aprovechar la tendencia verde, con productos elaborados de manera sustentable porque vamos a ser un exportador de energía verde como hidrógeno y litio”.

“Necesitamos integrarnos más para aprovechar esas ventajas. Estamos menos integrados que el sudeste asiático y el comercio ha declinado desde el 2000, con la excepción de México”, explicó.

También ha caído a nivel regional la inversión extranjera directa desde 2011, por el aumento de los costos de transporte y “la caída en la confianza institucional”.

“Sí hemos progresado en la competencia y los aranceles”, aclaró.

A la vez, señaló, “hay baja inversión en infraestructura: 3,5% del PBI versus el 7% de Asia”.

Ajay Banga, ex presidente de Mastercard y candidato a presidir el BM
Reuters

Ajay Banga, ex presidente de Mastercard y candidato a presidir el BM Reuters

Pese a la relevancia del acceso digital, advirtió que “es baja y costosa la cobertura de internet”, al igual que “la capacitación laboral, pese a que hay una alta falta de mano de obra capacitada”.

Maloney señaló que el impacto de la crisis bancaria de EEUU sobre la región es “mínimo” por el bajo porcentaje de créditos de mala calidad.

Al subrayar los desafíos, también aclaró que las exportaciones de la región han caído en los últimos 15 años, “pese a que se han firmado acuerdos de libre comercio. Esto tiene que ver con los costos de fletes, el financiamiento y otros factores”.

“Para impulsar el crecimiento que tanto necesita la región, los países deben preservar la resiliencia que tanto les costó ganar y aprovechar las oportunidades únicas que ofrecen las tendencias de la economía mundial hacia la relocalización de empresas (nearshoring) y la industria verde”, según el nuevo informe del banco que hasta ahora encabezaba David Malpass.

El Banco Mundial anuncia que destinará USD 1780 millones para los esfuerzos de recuperación y reconstrucción de Turquía tras los desastres causados por los terremotos

El Banco Mundial anuncia que destinará USD 1780 millones para los esfuerzos de recuperación y reconstrucción de Turquía tras los desastres causados por los terremotos

El Banco Mundial anunció hoy que proporcionará asistencia por valor de USD 1780 millones para contribuir a los esfuerzos de alivio y recuperación tras los devastadores terremotos y réplicas en Turquía, que ya han ocasionado enormes pérdidas de vidas, lesiones y daños muy importantes en la zona sudoriental del país y sus alrededores.

Asimismo, ha comenzado a realizar una rápida evaluación de los daños para estimar la magnitud del desastre e identificar las áreas donde el apoyo a la recuperación y reconstrucción reviste prioridad, basándose en su amplia experiencia en materia de gestión del riesgo de desastres en todo el mundo.

“En nombre del Grupo Banco Mundial, deseamos expresar a los habitantes de Türkiye y Siria nuestras más profundas condolencias por las enormes pérdidas que han sufrido como resultado de los devastadores terremotos”, afirmó David Malpass, presidente del Grupo Banco Mundial. “Además de proporcionar asistencia inmediata, estamos realizando una rápida evaluación de las grandes y urgentes necesidades sobre el terreno, que nos permitirá identificar las áreas prioritarias para la recuperación y reconstrucción del país a fin de preparar operaciones para respaldar esas necesidades”.

La asistencia inmediata de USD 780 millones se proporciona a través de los componentes contingentes de respuesta ante emergencias (CCRE) de dos proyectos existentes en Türkiye: el Proyecto de Reconstrucción de Emergencia tras Terremotos, Inundaciones e Incendios Forestales en Türkiye (i) y el Proyecto de Ciudades Resilientes al Clima y los Desastres (i). Los CCRE permiten que los países receptores puedan acceder rápidamente a los fondos de los proyectos para respuestas de emergencia, como es necesario hoy en Türkiye. La asistencia se utilizará para reconstruir infraestructura básica a nivel municipal.

Además, se están preparando operaciones por USD 1000 millones adicionales para respaldar a las personas afectadas mientras el Banco Mundial proporciona apoyo inmediato para la recuperación y reconstrucción tras esta catástrofe.

“Las necesidades inmediatas y futuras de Türkiye son inmensas y abarcan todo el espectro, desde el alivio hasta la reconstrucción”, afirmó Humberto López, director de las operaciones del Banco Mundial en Türkiye.

El Banco Mundial en Turquía

La asociación, profunda y productiva, entre el Banco Mundial y Türkiye se remonta a 1950. En los últimos años, el Banco se ha convertido en uno de los principales asociados en las áreas de gestión del riesgo de desastres, desarrollo urbano y eficiencia energética en el país. El Banco ha ejecutado varios proyectos, entre ellos el Proyecto de Mitigación del Riesgo Sísmico y Preparación ante Emergencias en Estambul; el Proyecto de Escuelas Seguras financiado por el Fondo para los Refugiados en Türkiye, y el Proyecto de Gestión del Riesgo de Desastres en las Escuelas. Los proyectos en ejecución incluyen el Proyecto de Resiliencia a los Sismos y Eficiencia Energética en los Edificios Públicos, cuyo objetivo es mejorar dicha resiliencia y eficiencia. En la actualidad, el programa del Banco Mundial en Türkiye consta de 30 operaciones de financiamiento activas, por valor de USD 9000 millones.

El Banco Mundial y la gestión del riesgo de desastres

Los desastres perjudican en mayor medida a los sectores pobres y vulnerables. Durante los últimos 10 años, el Banco Mundial se ha convertido en el líder mundial en materia de gestión del riesgo de desastres, y ha brindado apoyo a los países clientes para evaluar la exposición a peligros y para abordar los riesgos de desastres. La incorporación de la gestión del riesgo de desastres en la planificación del desarrollo puede revertir la actual tendencia al aumento de los desastres, tanto los naturales como los causados por el hombre. Además, cuando la recuperación es más sólida, más rápida y más inclusiva después de un desastre, los países pueden reducir en hasta un 31 % el impacto en los medios de subsistencia y el bienestar de sus habitantes.

Banco Mundial amplía apoyo a El Salvador para fortalecer el desarrollo integral de la primera infancia

Banco Mundial amplía apoyo a El Salvador para fortalecer el desarrollo integral de la primera infancia

El Banco Mundial (BM) aprobó hoy un financiamiento adicional no reembolsable de US$14.25 millones para ampliar el alcance del proyecto de desarrollo “Crecer y aprender juntos: desarrollo integral de la primera infancia” de US$250 millones. Esta donación ayudará a fortalecer la calidad de la educación mediante el diseño de un marco de evaluación del aprendizaje para el sistema educativo nacional, la implementación de actividades de alfabetización para la primera infancia, y la promoción de la equidad de género mediante contenidos de lectura mejorados.

Agradecemos el apoyo del Banco Mundial y de quienes en el camino se han sumado a trabajar por la primera infancia”, dijo el ministro de Hacienda, Alejandro Zelaya. “Estamos transformando el sistema educativo público para garantizar el desarrollo infantil temprano de la niñez salvadoreña, conscientes de que los primeros años de vida son esenciales para forjar nuevas generaciones de seres humanos íntegros”.

El proyecto principal fue aprobado por el BM en marzo de 2020 y se enfoca en mejorar, a nivel nacional, las prácticas docentes de Educación y Cuidado de la Primera Infancia (ECPI) y los ambientes físicos de centros públicos para el fomento del aprendizaje y cuidado de niñas y niños; así como el fortalecimiento de la capacidad institucional del Ministerio de Educación, Ciencia, y Tecnología (MINEDUCYT) para la gestión del sector educativo.

Otras actividades apoyadas por el proyecto incluyen:

  • Actualización del currículo nacional para ECPI en centros públicos y privados del país.
  • Diseño de estándares estructurales de calidad y la acreditación de los centros públicos de ECPI.
  • Fortalecimiento de las capacidades profesionales de 7.800 docentes y 4.500 directivos en centros públicos de ECPI en zonas urbanas y rurales.
  • Ejecución de obras de infraestructura en 110 centros públicos de ECPI.
  • Mantenimiento correctivo y/o equipamiento para asegurar que al menos 400 centros públicos cuenten con los servicios de agua potable y saneamiento.

La actual donación ha sido posible gracias al aporte de la Alianza Mundial para la Educación (GPE, por sus siglas en inglés) y es pieza clave del apoyo integral que el Banco Mundial brinda para la implementación de la Política Nacional de Apoyo al Desarrollo Infantil Temprano 2020-2030 “Crecer Juntos”, liderado por el Despacho de la Primera Dama de la República de El Salvador en coordinación con instituciones públicas y otros socios internacionales de desarrollo.

Nos complace que con estos fondos adicionales pudimos incorporar un componente fuerte de equidad de género en el cuidado y educación de la primera infancia, lo cual va de la mano con el desarrollo del país y la reducción de la pobreza”, destacó Carine Clert, Gerente de País para El Salvador y Costa Rica. “Los planes de estudio y materiales de aprendizaje serán revisados para garantizar contenidos acordes con el respeto a los derechos de las mujeres, la prevención de la violencia de género y el empoderamiento de las niñas”.

Más de 230 mil niños, niñas y sus familias se verán beneficiadas por esta iniciativa, que implementa el MINEDUCYT.

Palabras de David Malpass, presidente del Grupo Banco Mundial, en el evento sobre financiamiento climático de la COP27

Las remesas crecen un 5% en 2022, a pesar de los factores adversos en el ámbito mundial

Las remesas crecen un 5% en 2022, a pesar de los factores adversos en el ámbito mundial

Las remesas a los países de ingreso bajo y mediano enfrentaron factores adversos en el ámbito mundial en 2022, pero experimentaron un crecimiento aproximado del 5 %, hasta alcanzar los USD 626 000 millones.

Esta cifra es muy inferior al aumento del 10,2 % que se registró en 2021, según la Reseña sobre migración y desarrollo (i) publicada en forma más reciente por el Banco Mundial.

Las remesas son una fuente esencial de ingresos para los hogares de los países de ingreso bajo y mediano. Alivian la pobreza, mejoran los resultados nutricionales y están asociadas a un mayor peso al nacer y tasas de matriculación escolar más elevadas entre los niños de hogares desfavorecidos. Los estudios indican que las remesas ayudan a los hogares receptores a fortalecer su resiliencia, por ejemplo a través del financiamiento de una vivienda más adecuada, y les permiten afrontar las pérdidas después de un desastre.

Los flujos de remesas a las regiones en desarrollo se vieron afectados por varios factores en 2022. A medida que la pandemia de COVID-19 disminuía, la reapertura de las economías receptoras respaldó el empleo de los migrantes y su capacidad para continuar ayudando a sus familias en su país de origen.

El aumento de los precios, por otra parte, incidió de manera adversa en los ingresos reales de los migrantes. Otro factor que influye en el valor de las remesas es la valorización del rublo, que se tradujo en un mayor valor, en términos del dólar estadounidense, de las remesas procedentes de Rusia con destino a Asia central. En el caso de Europa, el debilitamiento del euro tuvo el efecto opuesto de reducir el valor en dólares estadounidenses de los flujos de remesas con destino al Norte de África y a otros países. En los países que sufrieron escasez de divisas y establecieron múltiples tipos de cambio, los flujos de remesas registrados oficialmente disminuyeron a medida que se optaba por efectuar las remesas a través de canales alternativos que ofrecían tipos de cambio más convenientes.

“Los migrantes contribuyeron a atenuar la rigidez de los mercados laborales en los países anfitriones mientras ayudaban a sus familias a través del envío de remesas. Las políticas inclusivas de protección social han ayudado a los trabajadores a capear las incertidumbres en materia de ingresos y empleo creadas por la pandemia de COVID-19. Dichas políticas generan impactos mundiales a través de las remesas y se deben seguir aplicando”, afirmó Michal Rutkowski, director global de la Práctica Global de Protección Social y Trabajo del Banco Mundial.

A nivel regional, África podría ser la región más perjudicada por las crisis simultáneas, incluida la grave sequía y el alza de los precios internacionales de la energía y los productos básicos alimentarios. Se calcula que las remesas a África subsahariana han aumentado un 5,2 %, en comparación con el 16,4 % registrado el año pasado. En otras regiones, se estima que los flujos de remesas han crecido un 10,3 % en Europa y Asia central, donde el aumento de los precios del petróleo y la demanda de trabajadores migrantes en Rusia respaldó las remesas, además de los efectos de la valorización de la moneda. En Ucrania, las remesas registraron un aumento aproximado del 2 %, una cifra inferior a las proyecciones anteriores, debido a que los fondos se enviaron a los países que habían recibido a los ucranianos. Asimismo, es probable que haya aumentado el volumen de dinero entregado en mano. Se calcula que los flujos de remesas crecieron un 9,3 % en América Latina y el Caribe, un 3,5 % en Asia meridional, un 2,5 % en Oriente Medio y Norte de África y un 0,7 % en Asia oriental y el Pacífico. En 2022, por primera vez un país individual, India, va camino a recibir remesas anuales por valor de más de USD 100 000 millones.

En una sección especial sobre la migración impulsada por el clima, en la reseña se subraya que el aumento de las presiones derivadas del cambio climático generará un incremento de la migración dentro de cada país y restringirá los medios de subsistencia. Es probable que las personas más pobres sean las más afectadas, pues suelen carecer de los recursos necesarios para adaptarse o para trasladarse a otro lugar. De acuerdo con los estudios realizados, la migración puede desempeñar un papel importante para afrontar los impactos climáticos, por ejemplo, al proporcionar una vía de escape de los desastres, y también a través del envío de remesas y otras formas de ayuda a los hogares afectados. A fin de afrontar el desafío de la migración relacionada con el clima, en particular en el contexto de la movilidad transfronteriza, como sucede en el caso de los pequeños Estados insulares, es probable que sea necesario modificar las normas jurídicas internacionales y los marcos institucionales en materia de migración.

“A lo largo de la historia, la respuesta de las personas ante el deterioro de las condiciones climáticas ha sido desplazarse para sobrevivir. A efectos de gestionar el desplazamiento en las regiones afectadas, así como el ingreso de personas en las comunidades receptoras, será necesario planificar una migración segura y regular como parte de las estrategias de adaptación”, explicó Dilip Ratha, autor principal de la reseña y jefe de la Alianza Mundial de Conocimientos sobre Migración y Desarrollo (KNOMAD). “En las estrategias nacionales y regionales de desarrollo, se debe tener en cuenta la migración derivada del clima”, agregó.

Otro de los datos que se incluyen en la reseña es el costo de enviar USD 200 a países de ingreso bajo y mediano, que continúa siendo elevado y asciende, en promedio, al 6 % en el segundo trimestre de 2022, según la base de datos sobre los precios de las remesas en el mundo. El envío de dinero a través de los operadores de telefonía móvil es menos costoso (3,5 %), pero los canales digitales representan menos del 1 % del volumen total de las transacciones. Las tecnologías digitales permiten ofrecer servicios de envío de remesas más rápidos y menos costosos. No obstante, la carga que impone el cumplimiento de las reglamentaciones en materia de lucha contra el lavado de dinero y el financiamiento del terrorismo sigue limitando el acceso de nuevos prestadores de servicios a bancos corresponsales. Estas reglamentaciones también inciden en el acceso de los migrantes a servicios de remesas digitales.

Tendencias regionales en las remesas

Se estima que las remesas a la región de Asia oriental y el Pacífico han aumentado un 0,7 % hasta alcanzar los USD 134 000 millones en 2022, poniendo fin a la disminución de los dos años anteriores. La escasez de mano de obra en los sectores de hotelería y salud de las economías de ingreso alto y el aumento de los precios del petróleo que benefició a los países del Consejo de Cooperación del Golfo impulsaron la demanda de trabajadores en 2022, lo que contribuyó al aumento de las remesas. No obstante, se calcula que las remesas a China han disminuido casi un 4 %, debido a las restricciones que impiden a los trabajadores viajar al extranjero en el marco de las políticas relacionadas con la COVID-19. Las remesas como porcentaje del producto interno bruto (PIB) son elevadas en Tonga (50 %) y en Samoa (34 %). En 2023, se prevé que las remesas disminuirán un 1 % a causa de las condiciones menos favorables en los países de destino de los migrantes. El costo de enviar USD 200 a la región aumentó, en promedio, al 6,2 % en el segundo trimestre de 2022, en comparación con el 5,8 % registrado el año anterior.

Por otra parte, se calcula que los flujos de remesas a Europa y Asia central han aumentado un 10,3 %, hasta alcanzar los USD 72 000 millones en 2022. El aumento de los precios del petróleo y la demanda de trabajadores migrantes incrementaron el flujo de remesas de Rusia a los países de Asia central. Además, la valorización del rublo frente al dólar estadounidense se tradujo en un aumento del valor, en términos de dólares, de dichas remesas procedentes de Rusia. Las remesas a República Kirguisa y Tayikistán superaron el 30 % del PIB. En 2023, se prevé que los ingresos por remesas tendrán un crecimiento más moderado, del 4,2 %, debido a las perspectivas menos favorables en los principales países de envío de remesas. El costo de enviar USD 200 a la región aumentó ligeramente al 6,4 %, en promedio, en el segundo trimestre de 2022 (estos datos no incluyen los corredores que tienen su origen en Rusia).

Se estima que las remesas a América Latina y el Caribe han aumentado un 9,3 % en 2022, hasta alcanzar los USD 142 000 millones. Los datos correspondientes a los primeros nueve meses de 2022 indican un aumento del 45 % para Nicaragua, un 20 % para Guatemala, un 15 % para México y un 9 % para Colombia. El crecimiento del empleo de los migrantes latinoamericanos en Estados Unidos contribuyó a los flujos de remesas. A su vez, las remesas recibidas por migrantes en tránsito también contribuyeron a flujos sólidos en México y América Central. Las remesas, como porcentaje del PIB, superaron el 20 % en El Salvador, Honduras, Jamaica y Haití. En 2023, es probable que las remesas tengan un crecimiento más moderado, del 4,7 %, debido a las perspectivas económicas menos favorables en Estados Unidos, Italia y España. El costo de enviar USD 200 a la región ascendió, en promedio, al 6 % en el segundo trimestre de 2022, en comparación con el 5,6 % registrado el año anterior.

Se calcula que las remesas a los países en desarrollo de Oriente Medio y Norte de África han aumentado un 2,5 % en 2022, hasta alcanzar los USD 63 000 millones, en comparación con un crecimiento del 10,5 % el año pasado. El menor crecimiento de las remesas está vinculado, en parte, a la erosión de los aumentos del salario real en la zona del euro, aun cuando se registraba una mayor demanda de remesas en los países de origen por el deterioro de las condiciones, lo que incluye la sequía en el Magreb y los elevados precios del trigo importado. Las remesas como porcentaje del PIB son elevadas en el Líbano (38 %) y en la Ribera Occidental y Gaza (19 %). Se prevé que los flujos de remesas crecerán un 2 % en 2023. El costo de enviar USD 200 a la región ascendió al 6,3 %, en promedio, en el segundo trimestre de 2022.

Las remesas a Asia meridional registraron un aumento aproximado del 3,5 %, hasta llegar a los USD 163 000 millones en 2022. Pero existe una gran disparidad entre los países, desde el aumento del 12 % previsto para India, que va camino a recibir USD 100 000 millones durante el año, hasta el aumento del 4 % en Nepal y la disminución agregada del 10 % para los países restantes de la región. La disminución de las remesas refleja la suspensión de los incentivos especiales que habían establecido algunos Gobiernos para atraer flujos durante la pandemia, así como la preferencia por canales informales que ofrecen tipos de cambio más convenientes. Las remesas a India aumentaron gracias a las subas salariales y la solidez del mercado de trabajo en Estados Unidos y otros países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). En los países de destino del Consejo de Cooperación del Golfo, los Gobiernos garantizaron una inflación baja a través de medidas de apoyo directo que protegían la capacidad de los migrantes para enviar remesas. El costo de enviar USD 200 a la región fue de un 4,1 %, en promedio, en el segundo trimestre de 2022, lo que representa una disminución respecto del 4,3 % registrado el año anterior.

Las remesas a África subsahariana, la región más expuesta a los efectos de la crisis internacional, registraron un aumento aproximado del 5,2 %, hasta llegar a los USD 53 000 millones en 2022, en comparación con el 16,4 % registrado el año pasado (debido, principalmente, a los elevados flujos a Nigeria y Kenya). Se prevé que el crecimiento de las remesas en 2023 disminuirá al 3,9 % mientras persistan las condiciones adversas en el entorno mundial y los países de origen a nivel regional. Las remesas como porcentaje del PIB son elevadas en Gambia (28 %), Lesotho (21 %) y Comoras (20 %). El costo de enviar USD 200 a la región fue de un 7,8 %, en promedio, en el segundo trimestre de 2022, lo que representa una disminución respecto del 8,7 % registrado el año anterior. El costo de enviar remesas en los corredores menos costosos asciende, en promedio, al 3,4 %, en comparación con el 25,2 % en los más costosos.En la Reseña sobre migración y desarrollo (i), se analizan las tendencias en los indicadores de los Objetivos de Desarrollo Sostenible relacionados con la migración, a saber: aumento del volumen de las remesas en proporción al PIB, reducción de los costos de transacción de las remesas y disminución de los costos de contratación.

Palabras de David Malpass, presidente del Grupo Banco Mundial, en el evento sobre financiamiento climático de la COP27

Palabras de David Malpass, presidente del Grupo Banco Mundial, en el evento sobre financiamiento climático de la COP27

Gracias, primer ministro Madbouly y Dr. Shoukry, por organizar este evento sobre financiamiento climático. 

Los países en desarrollo se enfrentan a una crisis económica, a una pesada carga de la deuda, a una elevada inflación y al cambio climático. Se trata de una crisis que afecta al desarrollo mismo.

Los retrocesos en el ámbito del desarrollo son impresionantes: contracción de las economías, pobreza extrema, pérdidas en el ámbito de la educación, retraso del crecimiento, acceso limitado a la electricidad y al agua potable, alto desempleo entre los jóvenes, y falta de infraestructura. El Banco Mundial participa activamente financiando la recuperación en todas estas áreas, y cada retroceso se agrava debido al cambio climático.

Hemos aumentado considerablemente el financiamiento que otorgamos para hacer frente a desastres climáticos como las inundaciones en Pakistán. Y hemos aumentado considerablemente el financiamiento climático. El año pasado, si se incluyen los principales compromisos en materia de adaptación, alcanzamos USD 32 000 millones en financiamiento climático, cifra récord que superó la meta que establecimos en Glasgow. Agradeceré sus opiniones sobre cómo podemos aumentar nuestros recursos y nuestra capacidad de compromiso.

Estamos abordando la crisis climática con medidas y con impacto. Durante el fin de semana estuve en Sudáfrica, donde visité la central eléctrica de Komati, alimentada a carbón, que se está desmantelando y readaptando para el uso de energías renovables, con el énfasis puesto en la transición social. El financiamiento proviene de múltiples fuentes, entre ellas préstamos del Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF) y Canadá, y una donación del fondo fiduciario del Programa de Asistencia para la Gestión del Sector de Energía (ESMAP). La elaboración y ejecución de proyectos complejos como este llevan mucho tiempo, lo que ayuda a explicar el papel clave que desempeña el Grupo Banco Mundial en colaboración con Eskom, los Gobiernos federales y locales de Sudáfrica, y los asociados de JET-P como parte de la plataforma nacional. Dado que las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) están aumentando en la mayor parte del mundo, la adaptación de la central de Komati es una señal esperanzadora, y el Banco Mundial se enorgullece de liderar este exitoso enfoque para reducir las emisiones.

La semana pasada publicamos el informe sobre el clima y el desarrollo, o CCDR, de Sudáfrica, que muestra cómo el camino elegido para Komati tiene sentido tanto para las personas como para el planeta. Hemos publicado los CCDR de más de 20 países, en los que se muestran distintas vías para integrar el clima y el desarrollo. Se trata de una de las principales metas de la conferencia de Glasgow; en los CCDR se presentan caminos claros hacia la acción y el impacto climáticos. El primer ministro tuvo la amabilidad de ayudarme a presentar el CCDR de Egipto ayer a la noche.

Medidas climáticas como el proyecto de Komati proporcionan un bien público mundial clave y demuestran que dichas iniciativas son posibles. Queremos aumentar considerablemente la cantidad y el tamaño de los proyectos que reducen las emisiones de GEI.

Ayer presenté nuestro nuevo fondo, denominado SCALE, que significa “Fondo para Ampliar la Acción Climática Reduciendo las Emisiones”. SCALE ofrece a la comunidad internacional una importante vía unificada para adoptar medidas relacionadas con el cambio climático y proporcionar financiamiento real para reducir las emisiones de GEI. Se trata de un enfoque directo y transparente que evita el ecoblanqueo.

En el marco de SCALE se reunirán fondos de la comunidad mundial y se proporcionarán a los países clientes, en función de los resultados obtenidos, pagos de donaciones por reducir las emisiones de GEI. Dicho fondo también ayudará a los países a consolidar un historial de proyectos que desbloqueen financiamiento del sector privado a través de los mercados internacionales de carbono. Invitamos a todos los asociados presentes en esta 27.a Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP27) a tener en cuenta este enfoque para el financiamiento directo de la acción climática. Debe ser un esfuerzo mundial, con responsabilidades comunes pero diferenciadas.

Los países de ingreso alto deberán liderar el camino en la transición hacia un modelo con bajas emisiones de carbono. Pueden reducir sus propias emisiones, reducir las exportaciones de combustibles con elevada intensidad de carbono e incrementar el financiamiento que destinan a la acción climática en todo el mundo. Dado el actual problema inflacionario, deberían adoptar políticas para aumentar la producción de manera sostenible a fin de responder a la actual escasez de alimentos, energía y fertilizantes.

Los principales emisores actuales y futuros del mundo en desarrollo también tienen la responsabilidad fundamental de reducir las emisiones de GEI. Deben encontrar vías de crecimiento con bajas emisiones de carbono para proporcionar electricidad confiable y asequible a su población. Y deben elegir vías que ofrezcan una transición justa para que la sociedad reduzca las emisiones de GEI.

Como parte de esto, también debemos encontrar mejores vías de financiamiento para la adaptación, lo que incluye contribuciones de los donantes, las fundaciones y el sector privado.

En la COP27, se han formulado recomendaciones para que los bancos multilaterales de desarrollo aumenten de manera significativa el financiamiento climático. En nuestras recientes Reuniones Anuales, se reconoció ampliamente la necesidad de aumentar el financiamiento de los bienes públicos mundiales, en particular la acción climática. Celebro sinceramente estos llamamientos. La adopción de medidas climáticas exitosas para reducir las emisiones de GEI requerirá un impulso concertado a nivel mundial, y estamos comprometidos con este esfuerzo.

El clima es un reto definitorio para el desarrollo. Señala otra evolución importante para las instituciones financieras internacionales y el Grupo Banco Mundial. Analicé este desafío con nuestros Gobernadores en las Reuniones Anuales y con nuestro Directorio Ejecutivo a fines de octubre. Nuestro equipo directivo ha comenzado a preparar una hoja de ruta en la que se esbozarán medidas concretas para nuestros accionistas.

El financiamiento de los bienes públicos mundiales resulta más difícil debido a la profundidad de las otras crisis que afectan al desarrollo. Para concluir, quisiera garantizarles que el Grupo Banco Mundial ha asumido el compromiso de responder a todos estos desafíos con medidas y con impacto. Muchas gracias.