Los países podrían reducir las emisiones en un 70 % para 2050 y aumentar la resiliencia invirtiendo el 1,4 % del PIB al año

Los países podrían reducir las emisiones en un 70 % para 2050 y aumentar la resiliencia invirtiendo el 1,4 % del PIB al año

Los países de ingreso bajo y mediano pueden hacer la transición hacia modelos de crecimiento resiliente y con bajas emisiones de carbono si se cumplen determinadas condiciones clave con el apoyo internacional

CIUDAD DE WASHINGTON, 3 de noviembre de 2022. De acuerdo con un nuevo informe del Grupo Banco Mundial, invertir un promedio del 1,4 % del producto interno bruto (PIB) al año permitiría reducir las emisiones de los países en desarrollo en un 70 % para 2050 e incrementar la resiliencia.

En el análisis, Climate and Development: An Agenda for Action (Clima y desarrollo: Una agenda para la acción), se compilan y armonizan los resultados de los informes sobre el clima y el desarrollo de los países (i) del Grupo Banco Mundial, que abarcan más de 20 países que representan el 34 % de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero (GEI). Se muestra que las necesidades de inversión son notablemente mayores en los países de ingreso bajo que son más vulnerables al riesgo climático, donde a menudo superan el 5 % del PIB. Estos países necesitarán mayores volúmenes de financiamiento en condiciones concesionarias y donaciones para gestionar los impactos del cambio climático y desarrollarse dentro de un modelo con bajas emisiones de carbono.

El informe se basa en la riqueza de los informes de cada país y pone de relieve las enseñanzas que pueden extraer los países sobre la integración de los objetivos climáticos y de desarrollo. Se concluye que este enfoque puede ayudarlos a gestionar los impactos negativos del cambio climático, generando, al mismo tiempo, impactos positivos en el PIB y el crecimiento económico, y resultados de desarrollo cruciales, como la reducción de la pobreza. Las condiciones clave para el éxito incluyen reformas de gran impacto, una asignación más adecuada de los recursos públicos, una mayor movilización de capital privado y un importante apoyo financiero de la comunidad internacional.

“El logro de los objetivos climáticos y de desarrollo debe ir de la mano.La acción climática es un bien público mundial clave que requiere grandes volúmenes de financiamiento adicional de la comunidad mundial y mecanismos para abordar la afluencia de recursos”, declaró David Malpass, presidente del Grupo Banco Mundial. “Las medidas climáticas bien priorizadas y secuenciadas, la fuerte participación del sector privado, el amplio apoyo internacional y una transición justa son componentes cruciales para lograr un impacto”.

En el informe también se señala que, si bien es necesario que todos los países intensifiquen su acción climática, los países de ingreso alto que tienen mayor responsabilidad por las emisiones deben tomar la iniciativa llevando adelante una descarbonización más profunda y rápida, y brindando un mayor apoyo financiero a los países de ingreso bajo. Los principales emisores actuales y futuros del mundo en desarrollo también desempeñan un papel clave para que el mundo logre los objetivos del Acuerdo de París. En el informe también se examinan las tecnologías e innovaciones necesarias para reducir la intensidad de las emisiones de carbono en la producción de electricidad, acero, cemento y manufacturas, y la manera en que el mundo creará cadenas de suministro ecológicas y eficientes para un futuro sostenible.

Los informes sobre el clima y el desarrollo de los países combinan los mejores datos, modelos y herramientas disponibles, y tienen como objetivo proporcionar a los responsables de la formulación de políticas recomendaciones inmediatas y factibles para orientar las decisiones sobre el clima y el desarrollo en la actualidad. Constituyen un elemento central del Plan de Acción sobre el Cambio Climático, en el que se describe la manera en que el Grupo Banco Mundial respaldará la acción climática en los países en desarrollo.

Según el informe, los países deben priorizar y secuenciar las inversiones y las reformas normativas clave. Esto generará múltiples beneficios. Asimismo, la reducción de las emisiones puede generar resultados inmediatos en términos de desarrollo, como una menor vulnerabilidad a la volatilidad de los precios de los combustibles fósiles, una balanza comercial más favorable y mayor seguridad energética, así como una mejor calidad del aire y efectos positivos afines en la salud. La adopción de medidas tempranas también puede evitar que los países acaben encerrados en infraestructuras y sistemas con altos niveles de emisión, que serán costosos o incluso imposibles de transformar en el futuro.

El análisis abarca más de 20 países, entre ellos: Argentina, Bangladesh, Burkina Faso, Camerún, Chad, China, Filipinas, Ghana, Iraq, Jordania, Kazajstán, Malawi, Malí, Marruecos, Mauritania, Nepal, Níger, Pakistán, Perú, la República Árabe de Egipto, Rwanda, Türkiye, Sudáfrica y Vietnam. Los resultados de estos estudios orientarán la labor del Grupo Banco Mundial con clientes de los sectores público y privado, y se incorporarán en los marcos de interacción con los países y la cartera de operaciones de la institución.

Banco Mundial

Banco Mundial: “No estamos pronosticando hasta ahora una recesión”

Banco Mundial: “No estamos pronosticando hasta ahora una recesión”

William Maloney, economista jefe del Banco Mundial para América Latina, habla sobre la situación económica en América Latina en los próximos años y las medidas que está tomando el banco para ayudar a la población.

El pronóstico macroeconómico de América Latina para este año y el próximo se ve muy alejado del crecimiento histórico registrado en 2021, tras los estragos de la pandemia. A pesar de ello, el jefe para la región de América Latina y el Caribe en el Grupo Banco Mundial, William Maloney, aseguró que no se está pronosticando un recesión como tal.

“No estamos pronosticando hasta ahora una recesión, lo que estamos es contemplando 1,6 % de crecimiento para el año que viene. Algunos países más, algunos países menos”, aseguró Maloney.

Y, a pesar de que dice que entiende las preocupaciones en la región, su mayor inquietud no está en si, para los años venideros, las cifras suben y bajan, sino que estas siguen siendo bajas.

“Como región, es importante lo que está pasando en los próximos 12 meses y entiendo perfectamente por qué nos preocupa tanto eso. Sin embargo, lo que me preocupa de 2024 no es que esté por encima o por debajo de 2023. Es que es bajo; 3 % no es suficiente para aliviar la pobreza o reducir las tensiones sociales, y esa tasa de crecimiento es más o menos lo que experimentamos durante la década de los 2010, cuando como región crecimos como en 2,3 %, mientras el mundo creció en 3,1 %”.

En ese sentido, confiesa que hay problemas estructurales en la región que se deben atacar.

Para Maloney, existen muchos factores que no están a favor de una “economía saludable”.

“China está creciendo súper lento por su política de controlar el COVID. Obviamente, los países de Europa, con el aumento de los precios de combustibles, con la guerra de Ucrania, todo esto es muy difícil y va a frenar el crecimiento. Estados Unidos están en proceso de frenar la inflación y esto ha llevado a cabo un aumento en las tasas de interés bastante fuerte, en un periodo muy corto”, señala el del Banco Mundial.

Aunque confiesa que se espera que se pueda acabar con las altas tasas de interés, es una situación difícil para cumplir a corto plazo.

Ayuda en la región

Maloney también afirmó que el banco está ayudando con transferencias a las familias y asesorías.

“Tenemos precisamente [que] mirar cómo proteger a las familias más vulnerables de esos dos choques, no solamente la caída en la economía, en la actividad económica, pero en el aumento en los precios de combustible y alimentación que forman un porcentaje grande del presupuesto familiar”.

El jefe para la región de América Latina y el Caribe en el Grupo Banco Mundial explicó que muchos países están subsidiando el precio de los combustibles y alimentos en el largo plazo, pero que no es óptimo porque equivale a mucho dinero y que lo mejor es generar políticas enfocadas en las familias que necesitan los recursos.

Según él, los gobiernos de América Latina instauraron políticas antiinflacionarias, con aumentos en las tasas de interés: “Todos los gobiernos están luchando con déficit fiscales, que vienen de la pandemia. Hicieron exactamente lo que tenían que hacer en esta época, fue minimizar el daño a las empresas y a los hogares en la pandemia, pero obviamente esto nos dejó con unos déficits y más deuda [de la] que tuvimos anteriormente”.

Para Maloney, para 2024, el Banco Mundial pronostica un 2,3% de crecimiento, pero señala que muchos factores pueden incluir para cambiar el rumbo: “Si se resuelve la guerra en Ucrania, esto alivia mucha presión inflacionaria, y la economía de Europa puede crecer más. Si China es capaz de derrotar el COVID, puede crecer de nuevo. Y si, como pronosticamos, la inflación se pone bajo control, también se puede soltar un poquito la política monetaria y fiscal”.

Todos los bancos centrales, de la región y del mundo, dice Maloney, han encontrado un nivel de inflación que creen que es aceptable en el largo plazo para que sus economías crezcan bien. Entonces, en el mediano y corto plazo, “lo que estamos buscando es que regresemos a esos niveles, y hay que hacerlo. En el corto plazo, eso implica que crecemos menos, pero tenemos que bajar la inflación a las metas”.

Fuente: vozdeamerica